Respuesta inmunitaria inducida por alimentos: conectando (una vez más) nutrición e inmunidad – The Rural Gift

2022-09-10 02:17:29 By : Ms. Joanna Wang

El sistema inmunitario es una de las áreas de estudio más complejas dentro de la biología, y representa un desafío para los profesionales de la salud/nutrición y los investigadores de biología evolutiva.Sin embargo, la necesidad de conocer más profundamente las interacciones entre nutrición y respuesta inmune es un consenso, ya que permitirá refinar estrategias que, en última instancia, puedan mejorar el bienestar y el rendimiento de los animales.Es tarea del sistema inmunitario identificar lo que es o no propio del organismo animal para protegerlo a través de acciones desencadenadas por una compleja red de órganos, células y moléculas.La inmunología es un área muy compleja y su estudio en profundidad puede llevar muchos años.Lo mismo sucede con quienes se dedican a estudiar los mecanismos necesarios para la correcta nutrición de los animales.Por lo tanto, entender profundamente las dos áreas (inmunología y nutrición) es tarea de pocos… Pero, al fin y al cabo, ¿por qué el nutricionista necesita entender sobre la respuesta inmune?¿Qué hay detrás de los “soldaditos que nos defienden de la enfermedad”?El sistema inmunitario utiliza varios mecanismos para cumplir su función primaria de defensa, con respuestas iniciales de inmunidad innata, seguidas de reacciones tardías de inmunidad adquirida.Trabajar con dos niveles diferentes de respuesta inmunitaria es una forma de sortear la diferencia en las tasas de evolución entre los patógenos y sus huéspedes.Las aves y los cerdos se reproducen solo unas pocas veces al año, especialmente en el entorno natural, donde tuvo lugar gran parte de la evolución de estas especies.Por otro lado, la evolución de los patógenos es mucho más rápida, ya que los parásitos, bacterias y virus pueden multiplicarse en cuestión de días, horas o minutos.La primera línea de defensa se llama inmunidad innata, natural o nativa.Este componente del sistema inmunitario es filogenéticamente muy antiguo y está presente incluso en plantas e insectos, incluso en individuos sanos.La inmunidad innata se encarga de bloquear la entrada de microorganismos y eliminar rápidamente aquellos que logran llegar a los tejidos del huésped.Sus mecanismos incluyen barreras físicas, químicas y biológicas, así como componentes celulares y moléculas solubles.La respuesta inmune adquirida tiene especificidad y diversidad de reconocimiento, memoria, especialización de respuesta, autolimitación y tolerancia a componentes del propio organismo.Por otro lado, la acción del sistema inmune innato es independiente del estímulo previo y normalmente su respuesta será la misma en encuentros repetidos con un patógeno (sin memoria).Esto sucede porque el sistema reconoce estructuras que son comunes a varias clases de microorganismos y que no están presentes en las células normales del huésped.Este reconocimiento se lleva a cabo mediante 'receptores de reconocimiento de patrones' ubicados en las membranas y en el interior de las células (Figura 1).Figura 1 - Proceso de reconocimiento de patrones por parte del sistema inmunitario innatoLas moléculas capaces de activar la inmunidad innata se denominan "patrones moleculares asociados a patógenos" (PAMP).Además, las moléculas expresadas por las células huésped dañadas (DAMP) también pueden ser reconocidas por el sistema innato.En este último caso, el contenido mitocondrial o los fragmentos de ADN y ARN pueden reconocerse como indicativos de daño en las células del individuo.La interacción entre receptores y PAMP es similar a la complementariedad entre antígeno y anticuerpo (inmunidad adquirida).Sin embargo, en el caso de las respuestas innatas, no existe diversidad ni capacidad de adaptación para nuevos receptores o nuevos patrones moleculares más allá de los ya programados en el código genético.En el caso de los PAMP, los receptores de reconocimiento de patrones han evolucionado para identificar estructuras que generalmente son esenciales para la supervivencia e infectividad de los microorganismos, es decir, que normalmente se conservan evolutivamente.De esta forma, los patógenos continúan siendo reconocidos incluso después de mutaciones o cuando no expresan sus objetivos de reconocimiento.La respuesta inmunitaria innata es muy rápida pero relativamente inespecífica.En la práctica, una amplia gama de sustancias (ácidos nucleicos, lípidos de la pared celular, proteínas y carbohidratos) pueden actuar como PAMP.La regla general es que sea algo que no se encuentre en el organismo huésped, pero que sea un componente común en los patógenos.Sin embargo, esto no significa que los compuestos que actúan como PAMP se encuentren exclusivamente en organismos patógenos.Aunque la función fisiológica del sistema inmunitario es la de vigilancia y defensa frente a microorganismos infecciosos, otras sustancias extrañas pueden generar respuestas inmunitarias, aunque no sean infecciosas.Así, una definición más inclusiva de la respuesta inmune debería afirmar que es una reacción a componentes de microorganismos y pequeños agentes químicos que se reconocen como extraños, independientemente de su consecuencia fisiológica o patológica.Ejemplos de fuentes no patógenas de PAMP son las paredes celulares de varias plantas y levaduras, que a menudo se usan como alimento para humanos y animales.Además de ser innecesaria, esta activación de la respuesta inmune innata exige el consumo de energía que podría ser utilizada para otras actividades metabólicas, como el crecimiento o la producción.respuesta inmunitaria inducida por alimentosLos beta-mananos, también conocidos como beta-galactomananos, son polisacáridos no amiláceos solubles en agua.Los betamananos no son digeridos por los animales no rumiantes y se encuentran entre los principales factores antinutricionales para estas especies, asociándose frecuentemente con un aumento de la viscosidad de la digesta y una reducción en el uso de nutrientes en las dietas.Los betamananos se pueden encontrar en la superficie de varios microorganismos patógenos y, por tanto, su presencia en la luz intestinal es identificada por el sistema inmunitario animal innato (PAMP).Un ejemplo está en la Figura 2, donde se presenta la estructura de la pared celular de Candida albicans.Figura 2. Estructura de la pared celular de Candida albicans, donde se encuentra el β-1,4 mananoSin embargo, al componer la pared celular vegetal, específicamente la fracción de hemicelulosa (Figura 3), esta sustancia también está presente en varios ingredientes utilizados en la fabricación de alimentos para animales, especialmente en la soja.En estos granos, los beta-mananos se asocian principalmente con la cáscara y la fracción fibrosa del salvado.El palmiste y la goma guar también son fuentes ricas en este polisacárido, aunque no se usan con frecuencia en Brasil.La concentración de beta-mananos en otros ingredientes se muestra en la Tabla 1.Cuando se ingiere la comida, pasa por el proceso de digestión, momento en el que se liberan beta-mananos y otras sustancias que pueden actuar como PAMP.Estos elementos libres entran en contacto con las células del sistema inmunitario presentes en el tubo digestivo y provocan su activación.Figura 3. Estructura de la pared celular de soja, donde se encuentra el β-1,4 mananoLos macrófagos se activan tanto por la fagocitosis de PAMP como por el contacto con los receptores de superficie, lo que provoca síntomas inflamatorios exacerbados en animales.Una de las hipótesis de acción de PAMP es a través de la estimulación del factor NF-kappa B. Se probó (in vitro) el efecto de un extracto que contenía altos niveles de beta-mananos y de una solución de LPS en monocitos humanos.Se descubrió que los beta-mananos activan el factor NF-kappa B a través de la misma vía de activación que el LPS.Este factor es responsable de la expresión de varios genes en las células de defensa del organismo, especialmente en los monocitos y macrófagos activados.Entre los principales genes regulados por el factor NF-kappa B se encuentran: citocinas proinflamatorias, quimiocinas, enzimas inflamatorias, moléculas de adhesión, receptores e inhibidores de la apoptosis.Para la sensibilización completa de los macrófagos, se requieren al menos dos señales, como la exposición a interferón-gamma y beta-mananos o LPS.Sin embargo, la exposición previa de los macrófagos a los betamananos puede hacerlos más reactivos a la segunda señal.Los estudios indican que el interferón-gamma y los beta-mananos tienen sinergia bilateral que conduce a una activación de macrófagos más fuerte en comparación con otros mecanismos.En última instancia, la activación del sistema inmunitario induce a la asignación de recursos, donde parte de la energía que se utilizaría para el crecimiento del animal se desvía hacia la proliferación de células de defensa.Por lo tanto, el proceso interfiere con el potencial de rendimiento de los animales.Tabla 1. Contenido de β-manano en los principales ingredientes utilizados en las dietas de aves y cerdos.INGREDIENTES PROMEDIO, MÍNIMO %, MÁXIMO %, %Maíz, harina de gluten 0,17 0,10 0,24Costos nutricionales de la respuesta inmuneNumerosas evidencias científicas están validando la estrecha relación entre la nutrición, la salud intestinal y la inmunidad en los animales.Además del papel fundamental en la digestión y absorción de nutrientes, el intestino también puede considerarse el órgano inmunitario más grande del cuerpo.Debido a esta fuerte relación entre los sistemas, la nutrición animal puede influir en la inmunidad a través de varios mecanismos.Una de las vías más obvias para esta relación es el alto “costo” nutricional asociado con el desarrollo y la activación del sistema inmunológico.Las células del sistema inmunológico, como cualquier célula del organismo, demandan nutrientes para su mantenimiento y multiplicación.Además, los nutrientes también son necesarios para la producción de otras proteínas accesorias en la respuesta inmune.Los costes nutricionales de activar y mantener la respuesta inmunitaria son difíciles de estimar, ya que varían según numerosos factores, tanto del animal (p. ej., especie y genética) como del patógeno (p. ej., virulencia y período de exposición).En general, el sistema inmunitario adaptativo es caro de desarrollar pero barato de usar.Por otro lado, el costo para el desarrollo de la inmunidad innata es bastante bajo, sin embargo, los costos para su activación son altos y se repiten en cada encuentro con el “patógeno potencial”.Los experimentos con alimentación combinada para simular el impacto de una ingesta reducida (a menudo observada en la fase aguda de la respuesta) indicaron que el sistema inmunitario representa el 9 % del uso de nutrientes en los pollos de engorde.De forma muy particular, los costes energéticos suelen estar relacionados con el desarrollo y activación de la respuesta inmune, siendo inducidos tanto en la fase aguda como por la proliferación de leucocitos y anticuerpos.Además de los costos directos de activar la respuesta inmune, existen otras demandas que se pueden considerar a largo plazo.Por ejemplo, cuando se mantienen los procesos proinflamatorios, las consecuencias del compromiso de los tejidos y el uso de nutrientes pueden durar más.El estrés oxidativo es otra forma de inducción de costos a largo plazo, aunque los estudios en esta área aún son bastante empíricos y la cuantificación de este impacto es compleja.La protección del organismo por un sistema inmunitario eficaz es ciertamente necesaria y positiva.Sin embargo, las inversiones en inmunocompetencia pueden afectar negativamente a otras funciones biológicas, como el crecimiento animal, debido a los costos nutricionales involucrados.Esta relación es especialmente válida cuando la respuesta inmune es generada por alimentos (FIIR), es decir, por PAMP sin consecuencias fisiológicas graves ni patogenia asociada.En estos casos, el costo de activación vendrá sin beneficios.En estos casos, las consecuencias nutricionales y económicas de generar una respuesta inflamatoria están inversamente relacionadas con el rendimiento de los animales.Otros “costes” de Fiir y beta-mananosLas consecuencias positivas de activar el sistema inmunitario son indiscutibles e incluyen la defensa del organismo y la promoción de respuestas vacunales.Sin embargo, también hay consecuencias negativas, especialmente en los casos en que la respuesta inmune se genera sin la presencia real de un patógeno (como en FIIR).Muchas de estas consecuencias se comparten con la enfermedad entérica u otras reacciones inflamatorias exageradas, como la reducción de la absorción de nutrientes, la pérdida de líquidos y la disbiosis.Algunas de estas consecuencias negativas se enumeran en la Figura 4 y se detallan a continuación.Figura 4. Consecuencias negativas asociadas a los betamananosLa inflamación es una respuesta genérica y, por tanto, se considera un mecanismo de inmunidad innata.Estos procesos son parte de una respuesta biológica compleja del intestino a una amenaza potencial.Además de los signos clásicos, la pérdida de la integridad intestinal y la función de absorción también se observan con frecuencia después de la inflamación.El deterioro en el aprovechamiento de los nutrientes puede agravarse aún más en el caso concreto de la activación de la respuesta inmune por los beta-mananos, ya que estas sustancias actúan directamente sobre la absorción de los nutrientes.Los betamananos se consideran importantes factores antinutricionales, a menudo relacionados con el empeoramiento de la viscosidad y la absorción de nutrientes.Los beta-mananos son fuertemente hidrofílicos, lo que juega un papel importante durante el proceso de germinación de las plantas, ayudando a proporcionar reservas de agua para el embrión.La misma propiedad que es útil para las plantas puede ser dañina para los animales.Los alimentos ricos en betamananos aumentan la viscosidad de la digesta, lo que interfiere con el tiempo de tránsito intestinal y la utilización de nutrientes.El consumo de dietas con alta viscosidad puede conducir a un aumento en el tracto digestivo de los animales, probablemente para compensar el cambio en la tasa de paso de la digesta.Como el tracto digestivo representa un costo metabólico relevante para el animal, este cambio de tamaño puede impactar en los requerimientos nutricionales para su mantenimiento.Por otro lado, el deterioro de la absorción asociado con los betamananos probablemente se deba a su interacción con el glucocáliz, lo que conduce al espesamiento de la capa de moco e impide físicamente la absorción.También se observaron cambios en la liberación de hormonas y cambios en el tiempo de tránsito intestinal como resultado de la acción de los beta-mananos.Los animales alimentados con dietas que contienen ingredientes con altos niveles de betamananos tienen una menor absorción de glucosa y ácido pirúvico.Además, estos mismos animales tienen menor liberación de insulina, glucagón y péptido insulinotrópico dependiente de glucosa.Los carbohidratos en el tracto gastrointestinal superior estimulan la liberación de péptidos insulinotrópicos dependientes de glucosa, pero con la presencia de beta-mananos, su liberación se reduce, proporcionando una menor absorción de glucosa.Con niveles bajos de glucosa en sangre, la insulina tiende a secretarse en cantidades más pequeñas, lo que puede conducir a una menor absorción de aminoácidos estimulada por la insulina.El aumento del consumo de agua en los pollos de engorde también se asoció con dietas con una alta concentración de betamananos, así como con informes de aumento de la humedad de la cama.Una mayor disponibilidad de nutrientes no absorbidos dentro de la luz intestinal crea un entorno favorable para la proliferación de microorganismos patógenos y no patógenos.Entre los no patógenos, puede ocurrir la multiplicación de organismos que degradan las sales biliares, lo que lleva a una reducción en la tasa de absorción de grasas y aminoácidos.En pollos de engorde criados en cama, el aumento del porcentaje de agua en las excretas (debido a la mayor viscosidad) provoca un aumento en la aparición de callosidades en las patas.Todos estos factores combinados conducen a lotes desiguales, especialmente si los animales enfrentan un desafío de salud concurrente.Las partículas de alimentos no digeridos en la luz intestinal también sirven como sustrato para el crecimiento bacteriano no deseado.Los procesos inflamatorios contribuyen a la disbiosis, ya que también alteran el entorno oxidativo y metabolómico del intestino.En tales casos, la microbiota comensal beneficiosa y diversa puede alterarse para una población con diversidad reducida y desarrollo de poblaciones que son malas para la salud intestinal.La alteración de la integridad intestinal también suele ir acompañada de un aumento de la permeabilidad, lo que puede contribuir a la pérdida de digestibilidad y absorción de nutrientes, además de favorecer el paso de toxinas y/o patógenos.Esta vía de transporte puede permitir que los factores proinflamatorios locales adquieran un efecto sistémico, llegando a otros órganos y activando proteínas de fase aguda.Las citoquinas y las proteínas de fase aguda pueden inducir reacciones antagónicas a los procesos productivos con redireccionamiento de nutrientes (inicialmente destinados al crecimiento) para las funciones de defensa del organismo.Se trata de reacciones negativas en cascada, cuya gravedad depende del grado de activación del sistema inmunitario y también de la coparticipación de otros desafíos (sanitarios, por ejemplo).Sin embargo, es importante que el nutricionista conozca y tenga en cuenta estos puntos a la hora de elegir los ingredientes que compondrán las dietas de los animales, tanto los que colaboran como fuentes de beta-mananas, como el uso de la beta-mananasa como herramienta para superar este desafíoEl sistema inmunitario es una de las áreas de estudio más complejas dentro de la biología, y representa un desafío para los profesionales de la salud/nutrición y los investigadores de biología evolutiva.Sin embargo, la necesidad de conocer más profundamente las interacciones entre nutrición y respuesta inmune es un consenso, ya que permitirá refinar estrategias que, en última instancia, puedan mejorar el bienestar y el rendimiento de los animales.Las referencias bibliográficas son del autor.Contacto vía: marcos.silva@elancoah.com.Para estar al día y al tanto de todo lo que sucede en el sector porcino y piscícola, acceda a la edición digital gratuita Cerdos y Peces.Ourofino Saúde Animal es elegida la farmacéutica más increíble para trabajar por la FIA / USP¿Qué son los aditivos nutricionales para aves?Faltan dos semanas para la Fiesta del Lechón de Río VerdeSu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *Por favor ingrese la respuesta en dígitos: 11 + 1 =Notificarme de nuevos comentarios por correo electrónico.Notificarme de nuevas publicaciones por correo electrónico.Paraná es el mayor productor de tilapia de Brasil.La producción creció un 9,3% en 2021, consolidando aún más el liderazgo del estado en la piscicultura brasileña.Fueron 188 mil toneladas el año pasado contra 172 mil toneladas el año anterior.La tilapia se consolida cada vez más como la especie más cultivada en Brasil.Según Peixe BR, en 2021 se produjeron en el país 534 mil toneladas, un aumento del 9,8% sobre el desempeño del año anterior (486.155 t).Con este resultado, la tilapia es responsable por el 63,5% de la producción nacional de pescado de cultivo.La especie está presente en todas las regiones del país, con mayor o menor relevancia.“Incluso en la región Norte, un centro tradicional para la cría de peces nativos, la tilapia comienza a aparecer luego de la liberación del cultivo por parte de algunos gobiernos estatales.En esa región, en 2021 se produjeron 860 toneladas, un volumen pequeño, pero que representa un aumento de casi un 40% respecto al año anterior (620 t)”, destaca PeixeBR.Importantes tecnologías se incorporan a la actividad en la propiedad de Paulo Michelon, como alimentación automática – Fotos: Divulgación/C.ValeEl Sur lidera fácilmente la producción de tilapia.“La especie representa el 86% de todos los peces de cultivo en la región.En total, hay 231.900 t en los tres estados del sur: cerca del 43,4% de la producción nacional.Le sigue el Sudeste con cerca del 27% de la producción total de tilapia (144.340 t), con énfasis en São Paulo y Minas Gerais.Juntos, el Sur y el Sudeste concentran el 70% del cultivo del país.El Centro Oeste también avanza en el cultivo de tilapia, representando ya alrededor del 11,5% (61.650 t) y acercándose al Nordeste, que con 95.300 toneladas el año pasado participa con el 18% del total.Paraná es el mayor productor de tilapia de Brasil.La producción creció un 9,3% en 2021, consolidando aún más el liderazgo del estado en la piscicultura brasileña.Fueron 188 mil toneladas el año pasado contra 172 mil toneladas el año anterior.PeixeBR destaca que el liderazgo está directamente relacionado con el modelo productivo definido.“Las cooperativas tienen un papel destacado en el desempeño de la actividad en el estado”, destaca.La seguridad que ofrecen las cooperativas es lo que dio inicio a que los productores creyeran realmente en la actividad.Esto se debe a que, antes de que las cooperativas entraran a la producción de tilapia, los pocos productores sacaban muchas tapas de mataderos de otros estados, que compraban la producción, pero tenían dificultades para hacer los pagos o en ocasiones ni siquiera pagaban a los productores.Productor de tilapia Paulo Alexandre Borba Michelon: “Entramos a la actividad motivados por la cooperativa, que en 2017 abrió una nevera de pescado que nos trajo seguridad para producir” – Foto: Arquivo/Jonathan Campos/AENY fue esa seguridad la que llamó la atención del piscicultor Paulo Michelon, de Palotina, en la región occidental de Paraná.Hoy produce 2,5 millones de tilapias al año.“Estoy en la producción de tilapia desde 2018.Entramos a la actividad motivados por la cooperativa, que en 2017 inauguró una nevera de pescado que nos trajo seguridad para producir.Hoy en día, la piscicultura representa la actividad principal de la propiedad.Cultivo una tanda al año, algo así como 2,5 millones de tilapias por ciclo”, señala.Pero la idea es ampliar la producción.“Con una cooperativa dándonos seguridad y dándonos todo el apoyo, empezamos a armar coraje para expandirnos”, dice, sin revelar cuánto pretende aumentar la producción.La cooperativa entrega los alevines, alimentación y asistencia técnica, con la garantía de la compra de producción, industrialización y venta.El productor paga la propiedad, mano de obra y gastos como electricidad y medicamentos.Las principales tecnologías de hoy se utilizan en las represas excavadas de Paulo Michelon.“Hoy trabajamos con alimentación de tanque a tanque totalmente automatizada, monitoreo semanal de la calidad del agua, entre otros factores.Para el futuro, estamos implementando un sistema de monitoreo de sonda de tanque a tanque para medir instantáneamente los parámetros necesarios para un buen manejo”, destaca Michelon.Paulo Michelon con técnico de C.Vale durante asistencia técnica de campoPara el productor, la producción de pescado tiene algunos desafíos, pero también muchas oportunidades.“Uno de los grandes cuellos de botella que encontramos en el escenario actual es la burocracia ambiental, desde la ejecución y liberación de proyectos, los plazos, la agilidad, entre otros factores para la renovación (de las licencias).Lo que nos preocupa mucho para el futuro son los costos en constante aumento, especialmente la electricidad”, señaló.Menciona, sin embargo, que la proteína será demandada cada vez más por los consumidores por su atractivo para la salud.“A mis ojos, veo en el pescado una proteína que va a destacar mucho en los próximos años y ganará espacio, porque es una proteína con un atractivo muy saludable y porque tenemos una nueva generación que viene con una gran demanda de calidad. de vida y buscando salud”, cree Paulo Michelon.Es el mismo pensamiento de los líderes de la cooperativa C.Vale, para quienes produce Paulo Michelon.“Con la pandemia ha aumentado la preocupación de la gente por la calidad de vida.Creo que esta es una tendencia que irá ganando cada vez más fuerza porque la gente se está concienciando de la importancia de una alimentación más saludable.El pescado encaja bien en esta tendencia por ser una carne más ligera y magra”, analiza el presidente de C.Vale, Alfredo Lang.Hoy, C.Vale produce 150 mil tilapias/día, con un peso promedio de 950 gramos.Hay más de 1.100 personas empleadas en este segmento, desde la producción de alevines hasta el matadero.La producción de piensos es de 66 mil toneladas/año.En total, la cooperativa cuenta con 45 millones de peces alojados en 762 hectáreas de agua en 16 municipios.La cooperativa ha invertido en tecnologías, mejoramiento genético y nutrición para ampliar aún más la producción y aumentar la productividad.“La mejora genética se centra principalmente en el aumento de peso diario y la resistencia a enfermedades.Ya se han logrado avances importantes en los últimos años, pero aún queda mucho camino por recorrer, como fue el caso del pollo.Combinando la mejora genética con ajustes en la nutrición, será posible aumentar significativamente el rendimiento de los peces”, destaca el presidente.Presidente de C.Vale, Alfredo Lang: “Tenemos planes de ampliar la producción, pero esto se hará de acuerdo a los intereses tanto del productor como del consumidor.En otras palabras, la actividad tiene que ser rentable para ser atractiva para el productor y también para la industria.Esto depende, en gran parte, de mejorar los ingresos de los consumidores”.Lang también destaca las tecnologías que utiliza C.Vale, desde las represas hasta la mesa del consumidor."Son varios.Uso de alimentos elaborados con materias primas de alta calidad para mejorar la digestibilidad, ajustar la calidad del agua con biorreguladores y probióticos, monitorear la oxigenación del agua las 24 horas con la activación de aireadores automáticos”, enumera, reforzando el compromiso que tiene la cooperativa en el mantenimiento de la calidad del agua.“Nos preocupa mucho mantener la calidad del agua porque es un activo fundamental para la piscicultura”, justifica el presidente.C.Vale, que es uno de los líderes en el mercado de la tilapia, tiene la intención de seguir invirtiendo para aumentar la producción, pero se guía por la voluntad de sus miembros y el mercado y la economía, dice Lang.“Tenemos planes de ampliar la producción, pero esto se hará de acuerdo a los intereses del productor y también del consumidor.En otras palabras, la actividad tiene que ser rentable para ser atractiva para el productor y también para la industria.Esto depende, en gran parte, de mejorar los ingresos de los consumidores.Cuando aumentan los ingresos, la primera reacción de la gente es mejorar la calidad de sus alimentos.El mayor estímulo a la producción viene del crecimiento de la demanda”, dice el dirigente cooperativo.Señala que tan importante como producir es cuidar el estado sanitario del sistema productivo.“Cuando crece la producción, aumenta el riesgo de aparición de enfermedades, ya sea por el confinamiento o por la alta densidad de peces.Tenemos un equipo dedicado a la sanidad que monitorea a los peces desde la etapa de alevines hasta el sacrificio para prevenir la aparición de enfermedades y que el uso de medicamentos sea lo más racional posible”, pondera.A pesar de las inversiones y de la expectativa de aumentar cada vez más la producción, el presidente de C.Vale apunta un momento de cautela por parte de los cooperativistas, sobre todo por los costos de producción.“Los costos de producción subieron con la apreciación del maíz y la soja y con el alza de la electricidad.Esto terminó afectando la rentabilidad de la piscicultura y algunos productores están frenando las inversiones.Las industrias tuvieron que ajustarse en busca de una mayor eficiencia para compensar la reducción de los márgenes de utilidad”, menciona Alfredo Lang.Para mantenerse actualizado y al tanto de todo lo que sucede en la acuicultura brasileña, acceda gratuitamente a la versión digital 2ª Edición Especial de Acuicultura.La cordura es una base absolutamente esencial para una producción porcina exitosa.No solo porque es uno de los pilares de una producción eficiente y de calidad, sino porque es crucial para la competitividad de cualquier país en el mercado internacional.La cordura es una base absolutamente esencial para una producción porcina exitosa.No solo porque es uno de los pilares de una producción eficiente y de calidad, sino porque es crucial para la competitividad de cualquier país en el mercado internacional.Con la bioseguridad como telón de fondo, el veterinario Gustavo Simão, maestro en Medicina Veterinaria Preventiva, disertó en la 1ª Jornada del Porcicultor El Regalo Rural/Frimesa, realizado de forma híbrida el 21 de julio, sobre el papel y las oportunidades de Brasil como productor mundial de alimentos y los cuellos de botella de bioseguridad existentes en la porcicultura brasileña.Veterinario Gustavo Simão, Máster en Medicina Veterinaria Preventiva: “Es necesario promover mejoras en las granjas, en los procesos de manejo e intensificar las medidas de bioseguridad para que sigamos manteniendo nuestro rebaño libre de enfermedades”Según Simão, una encuesta realizada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) muestra aún más la responsabilidad y la importancia de Brasil como productor de alimentos, proyectando al país como responsable del 41% de la producción mundial de alimentos para 2026.Sin embargo, para atender este mercado consumidor, es necesario superar algunos cuellos de botella en bioseguridad, especialmente en relación con la producción animal.“Es necesario impulsar mejoras en las fincas, en los procesos de manejo e intensificar las medidas de bioseguridad para que podamos seguir manteniendo nuestro rebaño libre de enfermedades, sin embargo, para eso los productores necesitan cambiar la cultura productiva, entender que lo que funcionó algunos la hora de hoy ya no se aplica.Ese cambio es urgente para que la porcicultura brasileña pueda seguir siendo competitiva en el mercado mundial”, destaca el Máster en Medicina Preventiva Veterinaria.Para promover este cambio en la cultura de la bioseguridad en porcino, la comunicación entre los productores es fundamental.“Es necesario que los porcicultores intercambien información y cambien su concepto de bioseguridad, entendiendo que un área limpia no es después de pasar el cerco de la granja, sino cuando el animal ingresa al galpón”, enfatiza.