Ganadería brasileña busca equilibrio productivo y sostenible para reducir el calentamiento global – O Presente Rural

2022-08-13 04:32:57 By : Ms. Tolohas Nicole

Varias iniciativas están siendo desarrolladas por el sector ganadero para reducir y minimizar los impactos generados por las emisiones de metano, buscando soluciones cada vez más aseguradas en buenas prácticas de sustentabilidad, con la adopción de técnicas que permitan un mejor manejo de los rebaños.La producción de carne bovina en armonía con el medio ambiente está ganando cada vez más espacio y notoriedad a nivel mundial debido al actual escenario ambiental y geopolítico, lo que provoca nuevas tendencias de mercado y hábitos alimentarios de los consumidores, quienes cada vez son más conscientes de la forma en que se procesan los alimentos. induciendo a que la cadena productiva sea cada vez más sostenible y eficiente.En este sentido, la ganadería está desarrollando diversas iniciativas para reducir y minimizar los impactos generados por las emisiones de metano (CH4), buscando soluciones cada vez más aseguradas en buenas prácticas de sustentabilidad, con la adopción de técnicas que permitan un mejor manejo de los rebaños.Entre las estrategias que ya funcionan en las fincas brasileñas están la integración de sistemas de producción, recuperación de pastos degradados, buenas prácticas de manejo animal y vegetal, uso adecuado de insumos, bienestar animal, reducción del ciclo de vida, manejo nutricional y uso de biodigestores.Dueño del mayor rebaño comercial de bovinos del mundo, más de 200 millones de cabezas/año, y de una producción de granos estimada en 270 millones de toneladas, más del 40% de las emisiones totales de metano del país son generadas por la agricultura brasileña, según datos de Greenhouse Sistema de Estimación de Emisiones por Remoción de Gases (SEEG).En busca de tecnologías para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la ganadería, investigadores de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) realizan varios estudios junto con otros centros de investigación, asociaciones y ganaderos.Entre los cuales, este año, durante las tradicionales pruebas de Eficiencia Alimentaria (PEA) y Evaluación de Campo (PAC), realizadas anualmente en el Centro de Investigaciones de Embrapa Pecuária Sul, en Bagé (RS), se realizó un estudio inédito con los Angus, Braford, Razas de toros Charolais y Hereford para medir la generación de metano entérico por cada kilo de alimento consumido por los animales y transformado en peso.La iniciativa tiene como objetivo evaluar los reproductores más eficientes en términos de conversión alimenticia y que emiten menos metano entérico, el que se produce durante la digestión de los rumiantes y se dispersa a la atmósfera por medio del eructo.Investigadora y coordinadora de la investigación sobre emisiones de CH4 en Embrapa Pecuária Sul, Cristina Genro: “La investigación necesita trabajar en conjunto con el productor, con el consumidor, con el matadero y con todos los eslabones de la cadena, para mostrar que no es sobre no comer carne, que vamos a salvar el planeta” – Foto: Gabriel BonilhaSegún Cristina Genro, investigadora y coordinadora de investigaciones sobre emisión de CH4 de Embrapa Pecuária Sul, al relacionar la PEA/PAC con la medida de metano emitido, se agrega una información más que puede ser utilizada en la selección y mejoramiento genético, caminando por un ganadería cada vez más sostenible.“Es un aporte más de la ciencia, en alianza con asociaciones de criadores, en la búsqueda de una ganadería más productiva, eficiente, que satisfaga los deseos de los consumidores por alimentos saludables, producidos con sustentabilidad”, enfatiza Cristina.Según ella, la evaluación tiene como objetivo calificar aún más a los animales que se están probando.“Podremos decir que además de ser más eficientes en el uso de los alimentos, también pueden ser más eficientes en producir más con menos emisión de metano.Y esa característica, como son reproductores, se la pasarán a los terneros que van a producir”, enfatiza.Evaluación de la emisión de metanoLa técnica de medición del gas metano producido por el ganado y exhalado por las fosas nasales y la boca de estos rumiantes se realiza mediante un yugo tubular con válvula reguladora de entrada de gas acoplado a un cabestro, colocado justo detrás de la cabeza del ganado.El colector permanece sobre el animal durante una semana, durante 24 horas, almacenando el gas emitido por el proceso natural del eructo.Después del período, se retira el tubo y las muestras se envían para su análisis en el laboratorio.Cristina enfatiza la importancia de realizar investigaciones para encontrar formas de adaptar y mitigar las emisiones de CH4, involucrando especialmente a los productores rurales en el proceso, además de llevar el conocimiento técnico y operativo al campo.“Es fundamental que los productores busquen información, para que puedan trabajar cada vez más con ganado con características de menores emisiones de metano”, enfatiza.Todas las razas de animales que participaron de la investigación y que alcancen niveles satisfactorios serán certificadas por Embrapa como animales que emiten menos CH4.“Al estar certificados con una baja tasa de emisión de CH4, los animales pasan a tener un mejor precio en subasta y en la venta de semen, porque tienen características evaluadas que otros no tienen, sin contar que esta certificación hace más competitivo al sector ”, destaca Cristina.Criadores Hereford y Braford durante la colecta de metano en el Centro de Investigaciones de Embrapa Pecuária Sur – Foto: Cristina GenroDe acuerdo con el coordinador responsable de la evaluación, las razas taurinas europeas Angus, Braford, Charolais y Hereford fueron elegidas para la investigación de medición de metano porque son las razas más cruzadas en la región sur de Brasil, además de que los productores traen el animales para participar en las pruebas de Eficiencia Alimentaria y Evaluación de Campo, realizadas todos los años con cerca de 120 animales en el Centro de Investigación de Embrapa Pecuária Sur.Cristina agrega que hay interés de otras razas, como el Limousin francés, para participar en el estudio, así como negociaciones en curso para extender la evaluación a las vacas lecheras.Los resultados de la investigación serán anunciados durante la 45ª Exposición Internacional de Animales – Expointer, que se realiza del 27 de agosto al 4 de septiembre, en el Parque de Exposições Assis Brasil, en Esteio, RS.“Vamos a relacionar los resultados de emisión de metano con el Test de Eficiencia Alimentaria para poder evaluar cuántos gramos de metano se están emitiendo por animal por cada kilo consumido y transformado en peso.Nuestra intención no es comparar entre razas, sino en cada raza ver qué animales cumplen los criterios de menores emisores”, refuerza Cristina.Con el objetivo de ayudar a las asociaciones productoras de razas a calificar a sus criadores, certificándolos de baja emisión de metano, la investigación tiene como objetivo valorizar el producto nacional en el mercado.“Esta investigación es fundamental para ayudar a que la ganadería produzca en armonía con la sociedad y el medio ambiente.A través de esta evaluación, ofreceremos animales producidos de forma más sostenible en las granjas brasileñas, un valor que agrega a la venta de estos animales en el mercado, además, en general, podremos contribuir a la reducción global de metano. emisión del hato bovino brasileño”, destaca.El investigador de Rio Grande do Sul destaca que las cuatro razas que participaron de la investigación están en línea con una tendencia mundial que debe, en un futuro próximo, incluir características de animales con menor tasa de emisión de metano como criterio para la selección de más ganadería eficiente y apta para los sistemas de producción producción más sostenible.“Tenemos mucha demanda de los mataderos para trabajar en la certificación de productos, sobre todo carne baja en carbono”, dice Cristina.De cara al futuro, con el compromiso global asumido en noviembre pasado durante la COP26, en Glasgow, Escocia, por más de 100 países, incluido Brasil, con miras a reducir las emisiones globales de metano en al menos un 30 % para 2030 en comparación con los niveles de 2020, el llamado se incrementarán las acciones concretas para contener las emisiones de este contaminante climático.“La investigación necesita trabajar en conjunto con el productor, con el consumidor, con el matadero y con todos los eslabones de la cadena, para demostrar que no es comiendo carne como vamos a salvar el planeta, quizás manejar un auto solo tiene más impacto que comerse un chuletón en casa”, observa el investigador.En un futuro cercano, según Cristina, el tema de la sustentabilidad podría convertirse en una barrera para la comercialización de la carne vacuna, como lo ha sido con la deforestación y los incendios.“Sabemos que las barreras comerciales están relacionadas con el medio ambiente y que nuestra carne se produce con mucho metano.Para cambiar este escenario, como productores de carne, necesitamos cambiar nuestra actitud.Necesitamos tener certificaciones que digan que nuestra carne de res es sostenible porque nuestros toros emiten menos metano, que nuestra carne de res se produce en un sistema de producción basado en pasto y bien administrado, o que el carbono se acumula en el suelo y estamos logrando controlar esas emisiones”. , dice el investigador, llamando la atención sobre la necesidad de certificar los procesos para garantizar la sustentabilidad y comercialización del producto brasileño.“Tenemos que infundir confianza y transmitir seguridad a nuestros consumidores, ya sea de la ciudad o el comprador de nuestra carne en el mercado interno o en otros países”.Métodos para interferir con la producción de metanoInvestigador y director general de Embrapa Pecuária Sudeste, Alexandre Berndt: “El sistema ILPF ayuda a remover CO2 siempre que se haga siempre con siembra directa y con buen manejo de los pastos durante todo el año” – Foto: Ana MaioSegún el investigador y director general de Embrapa Pecuária Sudeste, Alexandre Berndt, para interferir en la producción de metano de la ganadería brasileña, es necesario considerar tres pilares.El primero involucra la manipulación directa de la fermentación ruminal, la cual se puede realizar utilizando aditivos, una pastura y un alimento de mejor calidad para los animales.“Todo esto reduce la fermentación dentro del rumen, porque cambia el perfil a un tipo de fermentación que produce menos metano.En la región Sur, por ejemplo, los pastos son de alta calidad, lo que ya contribuye a reducir las emisiones”, considera.Berndt dice que la mejor manera que tiene el productor de saber si una pastura es de mejor calidad que otra es por la ganancia de peso del animal o por la producción de leche.“El mal pasto no da peso, no da leche.Por supuesto, el productor puede recolectar el pasto y enviarlo al laboratorio para su análisis, pero en la práctica es para observar la respuesta del animal, si está aumentando de peso, si tiene una buena estructura corporal o si produce mucha leche. es porque ese pasto cumple con el requerimiento del estado nutricional del animal”, dice.La investigadora paulista también menciona la importancia de pensar en el rebaño como un todo, porque aun con una buena área de pastoreo, si hay muchos animales juntos, puede ser que en los primeros días de pastoreo todos estén comiendo bien, luego el pasto se acaba y el ganado pasa hambre, sin ganar peso ni producir leche.“Hay que fijarse en el número de animales que están pastando en una misma zona para no permitir la degradación del sobrepastoreo, porque esto tendría el efecto contrario y empeoraría la emisión de metano”, advierte Berndt.El segundo pilar engloba el aumento de la eficiencia productiva, área con mayor conocimiento y tecnologías acumuladas, que incluyen mejoramiento genético, nutrición, reproducción, salud, bienestar animal y gestión empresarial.“Cuando el productor tiene una raza mejorada, no pondrá en malas condiciones a este animal con excelente genética ni dejará de vacunar, al contrario, ofrecerá lo mejor para que ese animal tenga una reproducción más eficiente y frecuente de esa genética.Entonces, la mejora genética trae consigo muchas tecnologías, precisamente porque el animal merece este cuidado.Este es un pilar que está en manos de los productores: no dejar que la pastura se degrade, buscar siempre la buena genética, hacer una suplementación adecuada para su rebaño (con aditivos minerales o pienso concentrado), aplicar vermífugos, vacunar, adoptar la cordura.Todo eso que el ganadero ya sabe que tiene que hacer, pero ahora también con miras a la sustentabilidad”, enfatiza.El tercer pilar cubre la remoción y compensación de metano en el suelo y en el ILPF (integración-cultivo-ganadería-bosque) que, según Berndt, encuentra mucha resistencia del sector agrícola para dar cuenta de la reducción de metano.“Este es un pilar que hemos estudiado mucho en los pastos de manejo intensivo y rotación, donde se elimina mucho carbono del suelo.El sistema ILPF ayuda a remover CO2 siempre y cuando se haga siempre sin labranza y con un buen manejo de los pastos durante todo el año, con una mínima intervención en el suelo, sin arar la tierra porque el objetivo es almacenar carbono en el suelo.” , detalles.El componente forestal en el sistema integrado dificulta el manejo del suelo, porque ahora hay árboles en el medio, sin embargo, por otro lado, este sistema de producción puede mejorar el medio ambiente, la calidad del forraje, el aprovechamiento de los recursos naturales, el aumento y la diversificación de ingresos, la reproducción animal y la posibilidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la captura de carbono en el suelo.“En un sistema intensivo de producción de granos, el árbol no encaja, sin embargo, si es un sistema de pastoreo intensivo, el árbol encaja bien en el sistema silvopastoril”, señala el investigador, y amplía: “Estos árboles tienen un potencial muy grande para eliminan el carbono también en sus troncos, esto permite compensar prácticamente toda la emisión de gases del ganado en estos sistemas integrados, considerando que se trata de una producción cárnica baja en carbono o carbono neutral, dependiendo de la cantidad de eliminación de CH4 que el productor logre eliminar en el sistema ”, dice Berndt.Cuando se intensifica la producción ganadera, aumenta la emisión de metano por hectárea/año, sin embargo, se produce más carne.Con la adopción del sistema ILPF ligado a buenas tecnologías, es posible producir hasta tres veces más carne, porque el ciclo de producción animal se está acortando, es decir, estará produciendo más, pero emitiendo la misma cantidad de metano.El gerente general de Embrapa Pecuária Sudeste considera que el sistema de integración agropecuaria intensiva (ILP) es una de las fortalezas de Brasil, ya que con la adopción de ese sistema, el productor obtiene tres cosechas al año: soja, maíz y pastos, además de producción de carne. .“Es muy competitivo”, exalta Berndt.El ganadero que adopta la sociedad con la producción de granos, la tierra que estaría ociosa en la temporada baja producirá ganado, lo que permitirá que el animal siga engordando incluso en invierno, y cuando necesite sacar el ganado para secar el pasto y empezar una cosecha de soja, por ejemplo, el pasto ya estará creciendo mejor en otro lado, porque ya empezó la temporada de lluvias.“Entonces es una organización del rebaño mucho más inteligente con el grano para que el productor aproveche mejor el área de producción de su finca, además de que contribuye mucho a acortar el ciclo completo de la producción ganadera, es decir hace que el ganado sacrificar más temprano y así emite menos metano y el productor gana en productividad”, analiza el investigador.Por una ganadería más sosteniblePionera en varios frentes de investigación, Embrapa Pecuária Sudeste invierte hace más de 20 años en estudios sobre emisiones de GEI en sistemas de producción de ganado vacuno y lechero, buscando bajas emisiones de gases como el metano, con el fin de reducir el impacto de la actividad en el clima .Ubicado en São Carlos, en el interior de São Paulo, el centro de investigación trabaja con tecnologías tanto para la mitigación del metano como para la medición de emisiones, siguiendo una metodología reconocida internacionalmente.Entre los recursos tecnológicos con los que cuenta el sector se encuentran la recuperación de pastos degradados, buenas prácticas de manejo animal y vegetal, uso adecuado de insumos, bienestar animal, reducción del ciclo de vida y manejo nutricional.Según el jefe general de la unidad de São Paulo, entre los diversos resultados alcanzados, ya se comprobó que la ganadería brasileña no es ni mejor ni peor que la de otros países en términos de emisiones de metano.El mayor problema del país, destaca el investigador, es la cantidad del rebaño nacional, que, según estimaciones del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), en 2021 llegó a 218,2 millones de animales, o sea, por cada brasileño hay un buey y todavía quedan 6,4 millones de cabezas.“La ganadería es muy fuerte en el país, por eso contribuye más al calentamiento global, sin embargo, con la adopción de tecnologías y buenas prácticas, como sistemas integrados, manejo intensivo de pastos y uso de aditivos en la alimentación animal, serán capaz de compensar las emisiones generadas por el ganado y hacer más sostenible el sistema de producción”, elogia Berndt.Con el fin de evaluar diferentes niveles de intensificación de pastos en un área de transición de un bioma de Mata Atlántica al Cerrado, se está investigando en un bioma de selva tropical con pastoreo continuo y extensivo, y en el otro extremo de pastoreo rotacional. -fertilizado y regado, que lleva un promedio de cinco unidades de animales por hectárea/año.“Eso es cinco veces el promedio nacional, pero en un sistema súper intensivo”, dice Berndt.El investigador explica que los cinco sistemas están siendo comparados en términos de producción de carne, calidad de la carne, emisión de metano, emisión de óxido nitroso (otro importante gas de efecto invernadero cuando un sistema está muy intensificado, porque las heces y la orina se depositan en el mismo lugar) y la medición de la remoción de carbono.Y otro proyecto que se está desarrollando en paralelo es el pastizal intercalado con gramíneas.En la región sur del país, es muy común en el pasto nativo tener una asociación de decenas de especies de gramíneas, pero en el Cerrado existe el pasto de una sola especie.La investigación se está realizando con el cultivo intercalado entre Braquiária y guandú, que es una leguminosa arbustiva desarrollada por Embrapa para la recuperación de pastos degradados.En este estudio, la unidad de investigación evalúa la fijación de nitrógeno del aire sin el uso de fertilización.“El guandú equivale a unos 100 kilos de nitrógeno por hectárea/año depositados en la zona de pastoreo, reemplazando la fertilización nitrogenada, pues ya tiene compuestos que interfieren en la fermentación, que también se estudia.El pasto intercalado es un concepto antiguo, tiene más de 60 años, pero este conocimiento ahora se está re-discutiendo con un enfoque en la sustentabilidad”, destaca Berndt.Hace tres años, el Centro de Investigaciones del interior de São Paulo inició un experimento con la raza sintética Canchim 7/8 para medir la emisión de metano debido a la ganancia de peso de estos animales, con el objetivo de trazar un perfil del ganado criado en el país.El método de recolección y análisis es el mismo adoptado en Embrapa Pecuária Sul.Las recolecciones se realizan a partir de una muestra de animales de un tiempo determinado en diferentes estaciones del año.Investigación de emisiones con animales de la raza Canchim es realizada por Embrapa Pecuária Sudeste – Foto: Divulgación/Embrapa Pecuária SulProducido por Embrapa Pecuária Sudeste, Canchim es el resultado del cruce de sangre 5/8 Charolais y 3/8 Cebú, es una raza grande, con crecimiento magro, baja grasa, buena eficiencia de crecimiento y emisiones de metano proporcionales a otras razas taurinas.“La variación en la emisión del ganado puede depender de la dieta, la cantidad de agua que bebe, el bioma en el que está viviendo, entre otros factores externos.Entonces, los principales beneficios de esta investigación son la identificación de las tecnologías más apropiadas en el ciclo de producción para interferir con la emisión de metano”, señala.Los experimentos realizados con animales en Embrapa Pecuária Sudeste son evaluados por el Comité de Ética en el Uso de Animales (CEUA) y son realizados respetando el bienestar animal y los principios éticos.A través del ILPF o sistema silvopastoril, Embrapa Pecuária Sudeste demostró, en un estudio publicado recientemente, que es posible producir carne carbono neutral.En ocho años, en una finca operando con el sistema de producción integrado, el carbono fijado en el tronco de los árboles permitió neutralizar las emisiones de CO2 equivalentes a 9,4 unidades animales por hectárea (UA/ha).Cada animal tiene un peso vivo de 450 kg.En el caso de la madera en el aserradero, se necesitaron 165 árboles por hectárea para neutralizar las emisiones de CO2 eq.de 2,3 UA/ha.La investigación también mostró que la sombra de los árboles promovió mejoras en la composición morfológica y bromatológica, con un menor porcentaje de materia muerta y mayores niveles de proteína en comparación con el sistema a pleno sol y confort térmico animal.Además, la ocupación animal también fue similar en los sistemas de producción de pleno sol y sombra, debido a la suplementación con ensilaje en la época poco lluviosa.Según Berndt, el país ofrece una oferta muy amplia tanto en sistemas de producción animal y vegetal como en diversificación de productos, sin embargo, considera que la carne carbono neutral o baja en carbono no es una carne para todos los mercados.“Aquellos mercados que buscan carne diferenciada, además de muchas particularidades productivas del Sur asociadas al ambiente preservado del Bioma Pampeano, que aporta diferenciales únicos al producto que se produce en esta región del país, la carne carbono neutral o baja en carbono también tiene estos diferenciales.Y es importante que los productores interesados ​​en producir de esta manera busquen orientación técnica en su región para saber cuáles son las tecnologías más adecuadas para su sistema de producción, porque no existe una receta única que sirva para todos, es importante conocer la región. , el sistema productivo que está desarrollando para poder recomendar las tecnologías más adecuadas”, apunta.Los resultados de las investigaciones y avances tecnológicos de Embrapa contribuyen para alternativas de adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático, colocando la descarbonización como medio para el desarrollo más sostenible de la ganadería brasileña.Para estar al día y al tanto de todo lo que sucede en el sector ganadero, commodities y maquinaria agrícola, acceda a la edición digital gratuita de Bovinos, Granos y Máquinas.Usar casi el 100% del ganado revela otro lado sostenible de la ganaderíaHacienda Capão Redondo “alberga” investigaciones científicas en Paraná45°Expointer contará con la participación de VaxxinovaSu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *Por favor ingrese la respuesta en dígitos: 14 + 9 =Notificarme de nuevos comentarios por correo electrónico.Notificarme de nuevas publicaciones por correo electrónico.La industria empacadora de carne utiliza estiércol e incluso contenido digestivo, pero aún hay margen de mejora.La producción de carne va mucho más allá de la carne misma.Subproductos como vísceras no comestibles, sangre, tendones, orejas, entre otras partes del animal que alguna vez fueron descartadas, hoy sirven como insumos para varios segmentos de la industria, agregan valor al producto, representan ingresos extras en la producción y hacen que el actividad más sostenible.El asunto fue debatido durante la segunda edición de Accorte, uno de los mayores encuentros ganaderos de Mato Grosso, realizado en el Cenarium Rural, en Cuiabá (MT), por la Asociación de Criadores de Mato Grosso (Acrimat).Sérgio Pflanzer, médico veterinario, maestro y doctor en Tecnología de Alimentos: “Prácticamente todas las partes del buey son aprovechadas por la industria, nada se desperdicia” – Foto: Archivo personalEn la conferencia “Ni el grito se pierde del buey.¿Adónde van los coproductos?”, el médico veterinario, Máster y Doctor en Tecnología de Alimentos, Sérgio Pflanzer, destaca que la necesidad de aprovechar todas las partes del buey es algo común en la historia, sin embargo, con los años la industria se ha expandido la gama de coproductos elaborados a partir de restos de ganado sacrificado.“En cualquier tipo de producción industrial de alimentos, es necesario optimizar su uso de la mejor manera posible, y así agregar valor”, enfatiza.En Brasil, el uso del ganado sobrante varía según el tamaño de la industria.Según Pflanzer, algunas grandes empresas utilizan cerca del 100% de los animales, desde el estiércol y los contenidos digestivos utilizados para producir compost, fertilizantes y biometano, hasta tendones, cuero, despojos, vísceras y huesos.“Nada o casi nada se desperdicia, en muchos casos el aprovechamiento es prácticamente total”, destaca.Otros mataderos más pequeños no eliminan las canales sobrantes con la misma eficiencia.Según Sérgio Pflanzer, muchas veces, en estos casos, los mataderos son clandestinos y no pueden encauzar esos materiales y disponerlos de manera inapropiada.“En los mataderos supervisados ​​es posible vender todos los productos de la canal”, comenta.El mercado de Pet food absorbe la mayor parte de los subproductos, especialmente vísceras de bajo valor añadido, cuernos y pezuñas que se utilizan en la producción de harinas utilizadas en la fabricación de pet food y otros productos del segmento pet.Las industrias farmacéutica y cosmética utilizan vísceras, sangre, tendones, orejas, entre otras partes del animal como insumos para su producción.Según Pflanzer, es necesario estar al tanto de las oportunidades que existen en relación a los coproductos que se pueden comercializar, además de la carne.“Algunas glándulas de animales son utilizadas por la industria farmacéutica para producir hormonas que se utilizan en la medicina humana”, menciona.El cuero y los contenidos digestivos son los principales coproductos por volumen.Los huesos y la grasa se utilizan en la producción de piensos, glicerina y jabón.Sin embargo, según Pflanzer, la producción de biodiesel ha comenzado recientemente a utilizar una parte considerable de estos coproductos.“La producción de biodiesel se está haciendo cargo.Se notó que transformar la grasa animal en combustible tiene una agregación”, enfatiza.Según Pflanzer, es difícil vincular el uso de coproductos con el productor, esto siempre depende de la industria.“El productor no cobra directamente por ellos, cobra por partes, por el peso y cotización del valor de la canal”, menciona.Aunque el productor no se beneficia directamente de la venta de coproductos, Pflanzer enfatiza que la colaboración es importante para el uso óptimo de los subproductos.Con respecto al cuero, Pfzanzer destaca la necesidad de que los productores eviten el branding y el exceso de parásitos para que el producto no pierda valor.“Nada impide que en el futuro haya alguna negociación para que el matadero pueda pasárselo al productor que preserva la calidad del cuero”, prevé.Como en otras actividades productivas, en la ganadería, la sustentabilidad no se trata sólo del medio ambiente.La tarea no es sencilla, al fin y al cabo es necesario desarrollar la actividad de forma realmente sostenible, asociada a aspectos tecnológicos, de crecimiento económico y con un mínimo impacto ambiental y social.“A veces lo que no es sostenible desde el punto de vista ambiental es sostenible desde el punto de vista social y económico o viceversa”, señala Pflanzer.Según él, la producción de carne bovina está cuestionada en relación a la sustentabilidad, especialmente la ambiental, principalmente por el sistema de producción extensivo que utiliza grandes extensiones de tierra, lo que, según él, termina perjudicando la imagen de la ganadería, que es vista por algunos personas como perjudiciales para el medio ambiente.“En la mayoría de estas áreas no es posible producir ningún otro tipo de alimento.Además, actualmente tenemos una reducción y rescate de áreas de pastos, y eso está haciendo que la ganadería sea cada vez más sustentable”, dice.Foto: Kelem Silene Guimarães/EmbrapaOtro tema atribuido en ocasiones a la producción ganadera es la emisión de metano, sin embargo, según Pflanzer, hay estudios científicos que indican que esa no es la principal causa del efecto invernadero.“Hay estudios que señalan que el calentamiento climático no es causado por el metano animal sino por los combustibles fósiles”, informa.Exportaciones y mercado internoSegún datos de Comex Stat, en 2021 se exportaron 1.560.220 toneladas de carne, lo que generó ingresos por US$ 7.966,480 millones para el país.Los principales compradores de carne vacuna brasileña son Estados Unidos, China y Egipto.Las exportaciones de carne ocupan el 6º lugar en el ranking de los principales productos exportados, lo que convierte a Brasil en el mayor exportador de carne vacuna del mundo, a pesar de que el trozo enviado a otros países representa poco más del 25% de la producción brasileña.“El resto de la carne que se produce en Brasil se queda en el país, algo que es muy importante en términos de oferta”, destaca Pflanzer.La disminución del poder adquisitivo de los brasileños en los últimos años, combinada con el aumento del precio de la carne vacuna, dificulta cada vez más el consumo de proteínas para gran parte de la población.“La carne en Brasil siempre ha sido barata en comparación con el mercado internacional, lo que está pasando ahora es que está igualando el precio practicado en el mercado internacional”, dice.El desempeño de la actividad también se refleja en la generación de divisas para el país y en oportunidades para miles de personas en todo Brasil que, directa o indirectamente, dependen de la ganadería para mantenerse.Según Pflanzer, la ganadería brasileña genera empleo y renta para personas y empresas del segmento.“Creo que todavía tenemos que mejorar, pero la ganadería brasileña es sostenible en algunos aspectos”, dice.Según él, hay mucha desinformación sobre la sustentabilidad en la producción de proteína animal y sobre la importancia nutricional de la carne, especialmente de res.